Pruebas científicas de la existencia de campos de energía que rodean a los cuerpos vivos

La prueba científica:
Una búsqueda del cuerpo etéreo

La más antigua de las pruebas en apoyo de la existencia de un cuerpo energético holográfico se encuentra en la obra del neuroanatomista Harold S. Burr, de la Universidad de Yale, durante los años cuarenta.

Las investigaciones de Burr versaron sobre la forma de los campos de energía que rodean a los animales y vegetales vivos; por razones que luego se verán eligió como principal sujeto de sus experimentos a la salamandra, y halló que éstas poseían un campo de energía cuya forma era aproximadamente la del animal adulto.

Asimismo detectó en ese campo la existencia de un eje eléctrico alineado con el cerebro y la médula espinal.

A continuación Burr se propuso determinar con exactitud en qué momento de la embriogénesis del animal se constituía dicho eje eléctrico, para lo que realizó una serie de mediciones del campo, diagramándolo para fases cada vez más primitivas del desarrollo embrionario de la salamandra.

Lo que descubrió Burr fue que el eje eléctrico tenía su origen en el óvulo no fertilizado. Y ese descubrimiento contradecía todas las teorías convencionales de la biología y la genética de su época.

OBSÉRVESE EL EJE CENTRAL

Burr teorizó que el eje eléctrico presente en el óvulo antes de la fertilización era el antecedente del que, alineado con el sistema nervioso, se encontraba en la salamandra adulta. En apoyo de esta teoría realizó una serie de experimentos, para los que inventó un método de «marcaje».
Se da el caso de que los anfibios, como lo es la salamandra, tienen óvulos de tamaño relativamente grande, permitiendo la observación visual directa por medio de un biomicroscopio mientras realizaba el marcaje del eje eléctrico en la fase de óvulo no fertilizado.

El procedimiento de Burr consistía en inyectar diminutas gotas de una tinta oscura indeleble, por medio de una micropipeta, en la región axial del óvulo. Así descubrió que las partículas de tinta oscura quedaban siempre incorporadas a los tejidos cerebral y espinal de la salamandra en vías de formación.

Burr experimentó también con los campos eléctrícos de los plantones; según sus investigaciones, el campo eléctrico que rodea un germen brotando no tiene la forma de la semilla original, sino que se asemeja al de la planta completamente desarrollada.

Los resultados de Burr sugieren que todo organismo en vías de desarrollo está destinado a seguir una plantilla de crecimiento preestablecida, y que esa plantilla la genera el campo electromagnético individual de tal organismo.

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